LOCAL

Mueren 80 cabezas de ganado, en la comunidad Arroyo de Caña, municipio de Acayucan, por la rabia paralítica bovina

*** Que la enfermedad, transmitida por el murciélago hematófago, está atacando a los hatos ganaderos de varias comunidades de esa zona *** El derriengue no tiene cura; es una enfermedad infecciosa aguda y mortal *** El ganadero Cruz Domínguez Huesca hizo la denuncia en la asamblea ganadera y se quejó de que el seguro de  SADER es prácticamente inalcanzable.

Acayucan, Ver.- La terrible enfermedad de la rabia paralítica bovina desde el mes de noviembre del año pasado se ha hecho presente en este municipio y en la zona de Arroyo de Caña, colindante con El Hato, ha matado a por lo menos 80 cabezas de ganado, señaló el ganadero Cruz Domínguez Huesca.

La denuncia de la aparición de la enfermedad llamada  derriengue la hizo el productor pecuario en la asamblea informativa de la Asociación Ganadera Local de Acayucan, que dirige el ingeniero Jaime Mantecón Rojo, que tuvo lugar el domingo 23 de febrero, a las once horas, en el salón ejidal.

Posteriormente, en entrevista, indicó: “Tenemos un brote de la enfermedad del ganado llamado derriengue que es provocada por la mordedura de murciélago. El problema empezó más o menos en el mes de noviembre, cuando empezó el cambio del clima. Entre los vecinos más cercanos fácilmente hemos perdido 80 cabezas de ganado”.

Agregó: “Pero tenemos entendido que en otras poblaciones de esa zona también tienen el mismo problema, ya estamos trabajando con el encargado de la campaña que es de SADER y hemos atrapado murciélagos, hemos mandado los cerebros del ganado a México para  ser analizados y ha salido positivo”.

Manifestó: “Casos de derriengue siempre hay, cotidianamente hay, pero uno o dos casos, es esporádico, el derriengue no es  curable, es preventivo, se previene con vacunas, en este caso no sé si las vacunas que se han estado comercializando en la zona no funcionó, no se cumplió con el ciclo de frío, porque es una vacuna fría, pero también a veces el no aplicarlo correctamente, o en las farmacias veterinarias si se les fue la luz y se quedaron sin frío las vacunas, se rompe la inmunidad y nosotros vacunamos ganado y hacemos de cuenta que les vacunamos agua”.

“De manera particular se me han muerto ocho, pero los vecinos llevan cuatro, diez o doce, es generalizado, entre 10 ó 12 vecinos llevamos como ochenta animales muertos, pero hacia la comunidad del Hato también tienen el problema”, afirmó.

Aunque dijo: “En el registro como ganaderos tenemos  un seguro por parte del gobierno, que hipotéticamente, cubre todas estas contingencias, el problema con el que venimos cargando es que los lineamientos que marca el seguro y son reglas, pues no son tan fáciles para nosotros de cubrir”.

“Por ejemplo, enfatizó, nos piden que conservemos el cadáver, hermano, todavía no se muere bien el animal cuando los zopilotes y los coyotes ya se los están comiendo, cómo conservamos el cadáver, solo que tuviéramos una cámara para meterlos, es uno de los requisitos que no podemos cumplir».

Indicó: “Las autoridades que cubren el seguro son de la SADER. Yo no digo que el seguro esté mal, están mal las reglas y las reglas las ponen personas de México o sea son burocráticos”.