Rocío Nahle será candidata así haya perdido las encuestas
Por Mussio Cárdenas Arellano
Apaleada, Rocío Nahle será candidata así la hayan masacrado en las encuestas, así sea nativa de Zacatecas y no de Veracruz, así viole la Constitución y sus ex aliados hayan trapeado con su disfraz de jarocha el escenario de la sucesión.
Doña Rocío cayó al tercer sitio, según las encuestas a modo de Eric Cisneros Burgos, el rufián que fue brazo ejecutor de la zacatecana en la Secretaría de Gobierno de Veracruz, con el que disfrutó asediando y persiguiendo rivales políticos hasta que el llamado Bola 8 tuvo una revelación divina —o maligna— y se creyó con los tamaños para disputarle la candidatura de Morena a gobernador.
Nahle era la estrella de la película, la bendecida del mesías de Tepetitán, o sea Andrés Manuel, hasta que a otro Manuel, el señor Huerta Ladrón de Guevara, ex delegado de Bienestar en Veracruz, se le ocurrió decir que la zacatecana perdió la encuesta, la ganó él, pero le daba chance de ser candidata por género, y que se suma al proyecto, al fin que lo suyo, lo suyo, es ser senador.
Dos ex aliados de la ex secretaria de Energía, el tal Bola 8 y el tal Huerta, la vieron perder. Dos ex aliados, dos poderosos en Morena, la vieron atrás, pero muy atrás, en el sondeo de percepción ciudadana. Dos ex aliados de Rocío Nahle no la vieron ganar.
Aún así la oriunda de Río Grande, el municipio con mayor producción de frijol del país, enclavado en el norte de Zacatecas, será candidata porque en el partido guinda sólo cuentan las talegas de López Obrador y no lo que piensen los morenistas ni lo que diga la ley.
Las encuestas, no los delirios de López Obrador, le dieron a Rocío Nahle un honroso tercer lugar. La medalla de bronce le podría servir, si acaso, para ser diputada federal vía plurinominal, pero no candidata al gobierno de Veracruz.
Rocío Nahle, Miss Zacatecas, fue masacrada en la medición de cuatro empresas encuestadoras, cuyos resultados los dio, presuroso, Eric Cisneros. La noche del sábado 28 de octubre los conoció y el domingo 29 los filtró.
El ardid es obvio. Si le dan tiempo a la operación maquillaje, Nahle y su banda arreglan los números y se lleva, no el 100 sino el 110 por ciento de la opinión a su favor. Y antes que los madrugara, la madrugaron.
Una encuestadora, Visión Consultores, tuvo números a favor de Eric Cisneros que nadie en su juicio podría creer: 42 puntos para Bola 8 contra 25 de Manuel Huerta, 23 por ciento de Rocío Nahle y 10 puntos del diputado federal Sergio Gutiérrez Luna, el que ni hiede ni huele.
Esa medición de opinión se levantó entre el 23 y 25 de octubre cuando la efervescencia morenista se hallaba en punto de ebullición.
Otra encuestadora, Global Pollster, muestra a Eric Cisneros con 39.5 por ciento; Manuel Huerta, 24.4 puntos; Rocío Nahle, 23 por ciento, y Gutiérrez Luna, 13 puntos.
En la encuesta de Z Research, Eric Cisneros tiene 43.8 por ciento; Manuel Huerta, 28.2 puntos; Rocío Nahle, 25.8 por ciento, y Sergio Gutiérrez 11.2 puntos.
La cuarta encuesta, de Media People, le da a Eric Cisneros 40.6 por ciento; Manuel huerta, 26.2 puntos; Rocío Nahle, 24.5 por ciento, y Gutiérrez Luna, 8.7 puntos.
Cuatro encuestas, cuatro derrotas. Y en todas Rocío Nahle se va al tercer lugar.
Los técnicos dirán que fue un descontón; los rudos, que fue una madriza. Los pensantes en Morena, que no son muchos, saben que con esa candidata no se gana ni una diputación.
Y si le agregan que es INELEGIBLE, peor.
Y si reparan en que su candidatura irá a los tribunales por no ser nativa de Veracruz, ni hija de veracruzana o veracruzano, como exige la Constitución local, infinitamente peor.
El disfraz de jarocha no cuenta. Las arengas de Rocío Nahle ufanándose que es más veracruzana que La Bamba, es show. Aloca a sus fanáticos pero no evitará la anulación de su candidatura. Y Morena no tendrá con quien contender.
El mito de Rocío Nahle no es tan mito. El fiasco de Rocío Nahle sí es una realidad.
A la zacatecana la conocen en el sur de Veracruz. Impuso alcaldes, dos diputadas federales y dos diputados locales. Y de todos no se hace uno.
El sur es su bastión, pero Morena no tiene capacidad de operación. De no ser por sus acuerdos con priistas en Coatzacoalcos y petroleros en Minatitlán, Agua Dulce, Las Choapas y Nanchital, perdería todas las elecciones. Nahle, pues, se debe al PRI.
Fuera del sur, naufraga. En el centro y, sobre todo, en el norte, es pieza de quinto nivel.
Cuando Acapulco fue impactado por el huracán Otis, Rocío Nahle anunció la suspensión de su gira por el norte de Veracruz. Su argumento, la solidaridad con los damnificados.
La versión real es otra. Nahle no entró al norte porque es territorio de Eric Cisneros, tierra violenta, tierra de cárteles y otros delincuentes, tierra de amenazas que se cumplen, tierra donde la vida no vale nada.
Del norte es Reveriano Pérez, alias El Pelón, líder de la banda de Los Pelones, al que el ex fiscal Jorge Winckler, yunista azul, encarceló, y Morena lo puso otra vez en libertad. Y de ahí a la candidatura morenista a la alcaldía de Coxquihui, que El Pelón no pudo ganar, así fuera elegido y tuviera la bendición de Eric Cisneros, alias el Bola 8.
Winckler pagó la osadía. Lo destituyó la pandilla de Morena sin tener mayoría en el Congreso, valiéndose de una treta en la Comisión Permanente, violando el procedimiento y lo que establece la Constitución de Veracruz. Al fiscal se le nombra y se le destituye en el pleno.
Lo que siguió fue la persecución, el asedio, la captura y Winckler se halla bajo proceso penal en un reclusorio federal, lejos de Veracruz. Osó tocar al honorable delincuente, don Reveriano Pérez, alias “El Pelón”, protegido de Eric Cisneros.
El norte es territorio narco. En Poza Rica opera El Coco, jefe de plaza al que le atribuyen los cuerpos desmembrados, embalados en plástico, congelados en neveras y refrigeradores, hallados en dos casas de seguridad. Dicen las mantas que El Coco es intocable, que tiene la venia del gobernador Cuitláhuac García.
Y en Pánuco, Tuxpan, Martínez de la Torre, Papantla, Chicontepec, donde la violencia es la reina de todas las atrocidades, Bola 8 es el mandón.
Y rezan los reportes del Ejército, revelados por el Colectivo Guacamaya, que hay vínculos de Cisneros Burgos con grupos delincuenciales.
A ese norte violento no se atrevió a llegar Rocío Nahle. Y cuando llegó al sur habló de guerra sucia, fuego amigo, groserías y “amenazas”. Pero no explicó de quién.
Días después vendría la encuesta y le fue mal. Las cuatro que difundió Bola 8 la sitúan en tercer lugar. Manuel Huerta sostiene que él ganó, pero si es por género, con gusto se suma al proyecto y la deja pasar. A cambio sería senador.
Dos ex aliados la vieron perder. Bola 8 se adelantó al resultado de la encuesta oficial mostrando la derrota de Nahle en cuatro sondeos. Huerta en una carta a Claudia Sheinbaum, Mario Delgado, Alfonso Durazo, la cuasi candidata presidencial y sus corifeos, informó que ganó él, no la favorita del porro de palacio.
Hay tiempo para maquillar la debacle. El 30 de octubre se revelaría el resultado de la encuesta oficial. Se postergó. Será para el 10 de noviembre. Será un trabajo para la inteligencia artificial. Que la repudiada zacatecana brinque al primer lugar porque tiene que tener el amor de la secta y porque sería una vergüenza que la favorita del porro de la nación no pueda siquiera ganar una encuesta interna en Morena.
Rocío Nahle será candidata, les guste o no. Para eso están las talegas de López Obrador.
Archivo muerto
Quince meses de retraso y de la gasolina de Dos Bocas, nada. Se fue Rocío Nahle y el proyecto sigue varado. Dejó la Secretaría de Energía, faltando a su promesa de que dejaría la refinería en plena producción. Como siempre lo hace, mintió. Norma Rocío Nahle García, la zacatecana, se ha dado gusto tomándole el pelo al Peje, su jefe, el primer porro de la nación, con el cuento de que la refinería Olmeca, ubicada en Dos Bocas, Tabasco, sería la panacea en cuestión de producción de combustible. Le mintió con el costo —8 mil millones de dólares y lleva más del doble— y con el tiempo de construcción —tres años y lleva cuatro y tres meses—. El 1 de julio de 2022, Nahle y el Peje Andrés Manuel López Obrador protagonizaron una obra de teatro llamada “Inauguración de la Refinería Olmeca”. Cortaron el listón, sonrieron, posaron la foto y se abrazaron por el éxito falsamente obtenido. Al día siguiente dijeron que se terminó la construcción pero ahora había que ensamblar los pedazos. Y de entonces a la fecha, Nahle ha hilado un rosario de falsas fechas de arranque. Horas antes del 1 de julio de 2023, o sea un año después de la “inauguración”, mostró un frasquito con un liquido en su interior. “Es gasolina primaria”, dijo. Obvio, no era gasolina. Era nafta, con la cual no circulan los vehículos. Y luego la atrapó la calentura por gobernar Veracruz. Me voy en diciembre porque primero tengo que echar a andar Dos Bocas, dijo, palabras más, palabras menos. Pero no, se fue antes. O mejor dicho, la fueron pese a que Morena determinó que para ser candidato no se requería separarse del cargo público. Eso dijo Morena pero el dueño de Morena, el mesías de Tepetitán, la mandó a volar literalmente antes de que terminara de salar la refinería. Rocío Nahle no cumplió el encargo. Dejó la Secretaría de Energía sin que Dos Bocas genere un solo litro de gasolina. Se fue con la vergüenza de ser una farsante. Se fue cargando la mentira de que se podía construir la refinería Olmeca con 8 mil millones de dólares. Se fue con la mentira de que se podía construir en tres años. Debió concluirla el 1 de julio de 2022 y no lo hizo. Este miércoles 1 de noviembre se cumplieron 15 meses de retraso y de la gasolina, nada. Así es Rocío Nahle, la zacatecana. Es doña Barbaraza. Todo lo que toca lo echa a perder… Alguien se propuso dinamitar al PRI en Coatzacoalcos y le salió bien. Enfiló a Octavio Sen Ávila a la presidencia del tricolor local y se olvidó que había que hacer bien el enjuague. Nadie tomó en cuenta a Sheyla Jara, la dirigente juvenil que se ha ganado su lugar a pulso. Y Sheyla, que sabe hablar, ya se las cantó. Impugnará en los órganos del descolorido PRI y luego en los tribunales electorales, donde duelen sus resoluciones. Octavio Sen, que es un buen cuadro, compró boleto y se sacó un tigre. Asumirá el domingo 5 la presidencia el PRI en Coatzacoalcos y llevará en la secretaría general a Carmen Ortigoza. Relevan a Matías Pacheco y Nereida Santos, quienes se mantuvieron por cuatro años en sus cargos. Sen Ávila representa el relevo generacional y hará tres años ya, lanzó un mensaje que hoy se cumple: los priistas locales también cuentan, también hablan y también operan. Por supuesto que dejando al margen a Sheyla. Y la joven se las va a complicar. Octavio Sen se maneja en la línea del ex candidato a la alcaldía de Coatzacoalcos, Carlos Manuel Vasconcelos Guevara, el líder obrero que nunca ha sido obrero y que dijo que renunciaría a la CTM y al PRI y luego se convirtió en candidato priista a la alcaldía de Coatzacoalcos, en 2021, porque así son los mentecatos mentirosos que el combustible de la política es la mentira. Octavio Sen es hijo del ex diputado federal y ex síndico municipal, Héctor Sen Flores, un tipazo, apreciado por propios y extraños. Su hijo, Octavio Sen Ávila, llega encabezando a jóvenes que intentan darle su propio sello al PRI. Con él, se mueve Carlos Cedano, empresario ganadero con una nueva visión política, al que se ubica ya como aspirante a la alcaldía en 2025. Todo sería terso pero ignoraron a Sheyla, le conculcaron su derecho a presidir el PRI y la mina detonó… Amado Cruz Malpica menosprecia al portal Al Calor Político. Le asigna sólo 20 mil pesos mensuales por concepto de publicidad mientras que a un ente local, Imagen y Política, le paga 40 mil pesos al mes, de acuerdo con el contrato ARB-AD-033/2023. Nada vale Joaquín Rosas Garcés, propietario de Al Calor Político, según el trato que le da el alcalde morenista de Coatzacoalcos. Nada representa el portal más visto entre el mundo político de Xalapa, capital de Veracruz. Comparado con el medio de Rosas Garcés, Imagen y Política, fundado por la extinta Azucena Rosado Sosa, es nada. Ahí no hay información crítica, ni interesante, ni análisis. Sólo aplauso y lisonja, y las fotografías de la directora, Teresa Rosado, con el político al que le cubre la nota. En cuestión mediática, Amado Cruz Malpica es un cero a la izquierda. Su imagen pública es deplorable, manchada por su escandalosa corrupción, la complicidad con quienes violan la ley, la vida fifí de su esposa, Esther Mortera Zetina, que le carga los gastos de atención médica al erario y la rehabilitación de su rodilla se la chuta en un departamento de lujo en Villahermosa, Tabasco, que también paga el ayuntamiento. Coatzacoalcos se sigue cayendo a pedazos. Coatzacoalcos carece de proyecto. Coatzacoalcos continúa en manos del crimen organizado y la delincuencia morenista. Y Amado, como Neil Armstrong, en la Luna. No por nada Amado Cruz Malpica ocupa el lugar 124 de 150 alcaldes, evaluados en el ranking de la agencia Mitofsky. No saber cómo proyectar imagen, ni donde hacerlo, produce alcaldes que están en el cesto de la basura y no lo ven…