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Trump provoca a Irán, responde con misiles… y su equipo hace campaña electoral

*** “Otro terrorista muerto”, se afirmaba en el título de un correo electrónico enviado por el equipo de campaña de Donald Trump el domingo, en el que se dice que Soleimani era “un monstruo responsable de la muerte de miles de estadounidenses”. Es el viejo truco. Hoy no se habla del juicio contra el magnate neoyorkino, sino de los ataques en Irak.

Washington.- En alguna ocasión, Donald Trump le advirtió a Barack Obama que no “recurriera a Irán” para iniciar una guerra que mejorara sus posibilidades electorales. Ocho años después, Trump no se ha mostrado renuente a la posibilidad de beneficiarse políticamente de su orden de abatir a un alto general iraní, generando acusaciones de atacar a una potencia extranjera por el bien de su campaña.

La campaña de reelección de Trump ha utilizado la muerte de Qassem Soleimani, jefe del cuerpo de élite Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Islámica, como un arma contra los rivales demócratas del mandatario y para desviar la atención de su inminente juicio político en el Senado.

“Los estadounidenses quieren que su Presidente actúe con decisión y defienda a los intereses del país y eso es exactamente lo que el Presidente Trump hizo”, dijo el portavoz de su campaña, Tim Murtaugh.

“Los republicanos son buenos matando terroristas y este es un recordatorio”, añadió Michael Ahrens, director de comunicaciones del Comité Nacional Republicano.

Se anticipaba que el Presidente reforzara esos mensajes el jueves en Toledo, Ohio, durante su primer evento de campaña desde que ordenó el ataque con dron de la semana pasada. La campaña de Trump ha adquirido anuncios en Facebook para resaltar la muerte del general.

El Pentágono señaló que Soleimani “estaba activo en el desarrollo de planes para atacar a diplomáticos y militares estadounidenses en Irak y en toda la región”. Pero el Gobierno de Trump se ha rehusado a brindar información específica sobre el tipo de los supuestos planes, creando sospechas de que los ataques que ordenó fueron motivados, al menos en parte, por la creencia de que pudieran beneficiarle en las urnas.