Bolivia: Las protestas provocan escasez de gasolina y alimentos; el Gobierno pide ahora diálogo
*** La víspera funcionarios del Gobierno interino informaron que el enviado de las Naciones Unidas, Jean Arnault, convocó a una “mesa de diálogo” a dirigentes y legisladores del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales, con el objetivo de encontrar vías de solución, con apoyo de los obispos católicos.
*** La Iglesia católica llamó el lunes a que se depongan actitudes violentas y que todas las partes en conflicto, más el enviado de la ONU, se junten para un diálogo en la jornada, mientras continuaban las marchas de campesinos en La Paz a favor del retorno de Morales.
La Paz.- Los bloqueos de partidarios al ex Presidente Evo Morales en las afueras de las principales ciudades de Bolivia ocasionaban escasez de gasolina y de alimentos, lo que presiona al Gobierno interino que busca abrir un diálogo para poner fin a cuatro semanas de convulsión social y política en la nación andina.
Los principales mercados y puestos de alimentos lucían cerrados en La Paz y ello comenzaba a preocupar a los comerciantes y consumidores, en tanto que las autoridades enfrentaban problemas para reabastecer de gasolina y gas a la ciudad debido a los cortes de las rutas.
“Esto es demasiado, el Evo nos ha dejado. ¿Dónde está? Él ya debería pedir que esto se pacifique. Yo ya no tengo para pagar mi alquiler. ¿De qué voy a vivir?”, se quejó Ana Gonzáles, una vendedora de verduras, que cerró su puesto de venta callejero porque ya no tenía qué vender.
La Paz es la principal afectada por el desabastecimiento desde hace cuatro días cuando recrudecieron los enfrentamientos entre los seguidores de Morales y las fuerzas de seguridad. La escasez también golpea a la ciudad oriental de Santa Cruz, motor agroindustrial del país.
El Ministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, informó el lunes a la televisora ATB que están tratando de reabastecer la ciudad de La Paz con un convoy, pero que se les está complicando por el bloqueo y unas zanjas abiertas por los manifestantes en la ruta.
“Estamos intentando llevar un convoy de gasolina y gas”, aseguró, al tiempo en que señaló que no pueden llegar a un diálogo porque, según él, no hay una demanda clara por parte de los protestantes.
La planta del energético en la vecina ciudad de La Paz estaba rodeada de lugareños que han levantado barricadas para exigir el retorno de Morales, quien está asilado en México, y presionar por la renuncia de la autoproclamada Presidenta interina Jeanine Áñez.
“Hasta que ella se vaya no vamos a levantar el bloqueo”, dijo a The Associated Press la boliviana María, una joven que prefirió no dar su apellido y que llevaba puesto un tapabocas.
En Santa Cruz, productores denunciaron que las frutas y verduras se estaban pudriendo debido a que los bloqueos han impedido que los camiones cargados abastezcan los mercados.
Algunos analistas aseguran que esto es parte de una maniobra de los seguidores de Morales de presionar y desestabilizar al gobierno transitorio.
“Es un plan que viene apoyado por Venezuela y también Cuba y muestra (que lo que) realmente quiere hacer es perjudicar el diálogo para pacificar el país”, aseguró Alberto Bonadona, profesor de la Universidad Mayor de San Andrés (pública) en La Paz.
La víspera funcionarios del Gobierno interino informaron que el enviado de las Naciones Unidas, Jean Arnault, convocó a una “mesa de diálogo” a dirigentes y legisladores del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, con el objetivo de encontrar vías de solución, con apoyo de los obispos católicos.
La Iglesia católica llamó el lunes a que se depongan actitudes violentas y que todas las partes en conflicto, más el enviado de la ONU, se junten para un diálogo en la jornada, mientras continuaban las marchas de campesinos en La Paz a favor del retorno de Morales.
A otros bolivianos les comenzaba a preocupar más la escasez de los alimentos y el incremento de los precios de los pocos que estaban a la venta.
Están “al doble de caro”, se quejó Guillermina Chura, consultada por la AP. “¿Qué le vamos a dar a nuestras familias si esto continúa así?”.
La muerte de nueve cocaleros seguidores del ex Presidente Morales a manos de las fuerzas de seguridad el viernes fue uno de los momentos más letales de la crisis y puso en entredicho el llamado a la paz que formuló Áñez, quien también se comprometió a convocar a nuevas elecciones en tres meses.
Tras las muertes, los cocaleros dieron un ultimátum a Áñez para que renunciara y se diese el repliegue de las fuerzas de seguridad que les impiden ingresar a la ciudad de Cochabamba en el centro del país.
La crisis estalló al día siguiente de las elecciones del 20 de octubre. Primero fueron protestas en las ciudades en contra de Morales, al que acusaron de montar un fraude electoral para reelegirse a un cuarto mandato. Tras la renuncia del mandatario el 10 de noviembre, ahora son sus seguidores los que están movilizados en las calles.
Las protestas han dejado hasta el momento al menos 23 muertos y más de 700 heridos, según el Defensor del Pueblo.
Fuente: Sin Embargo