Así fue el primer grito de Independencia de las últimas tres Primeras Damas
Con motivo del Aniversario 209 de la Independencia de México se hace este recuento de la primera ceremonia oficial de este tipo que vivieron estas mujeres.
Con un vestido midi color esmeralda de silueta tubo, con superposición de encaje negro floral y escote redondo, que acompañó a juego con aretes y brazalete; fue el atuendo que eligió Beatriz Gutiérrez Müller para hacer su arribó al palco principal del Palacio Nacional, el pasado domingo 15 de setiembre de 2019 para el primer Grito de Independencia de su esposo Andrés Manuel López Obrador como presidente de México.
En cuanto al maquillaje, la doctora en Teoría Literaria que solicitó no ser llamada Primera Dama, prefirió algo natural y discreto, lo que generalmente le favorece a su tono de piel. Asimismo se recogió el pelo con un chongo y se dejó un fleco de lado izquierdo.
Por su parte Angélica Rivera, entonces esposa de Enrique Peña Nieto —y de quien se divorció a principios de 2019 por la supuesta infidelidad que el expresidente tuvo con la modelo Tania Ruiz—, utilizó un vestido largo recto de encaje color verde bandera con transparencias en los hombros y brazos, diseñado por el tapatio Benito Santos para la primera Ceremonia Oficial del Grito de Independencia del año 2013 de la pareja Peña Rivera. Benito fue el mismo diseñador que tres años antes había realizado el emblemático vestido rojo con el que Ximena Navarrete ganó la corona de Miss Universo.
En el caso de Margarita Zavala, apostó el 15 de septiembre de 2007 por un traje de dos piezas, una blusa blanca y un pantalón de color morado, atuendo que combinó con un rebozo de este último tono que amarró a la altura de la cintura y que coordinó con dos zapatos color lila. En ese momento la esposa de Felipe Calderón fue criticada por utilizar este atuendo que no le favoreció en términos de imagen para asistir a un evento de la máxima importancia protocolaria. Lo que sí se convirtió en una constante de la entonces primera dama de México fue la utilización del rebozo como parte de su vestimenta en los actos oficiales de su esposo.
